JOAQUÍN VÍCTOR GONZÁLEZ ERA UN LECTOR INCANSABLE que amaba los libros y era lector voraz: solía sentarse a durante horas y en total abstracción bajo los rosales de la finca paterna (cosa que preocupaba a sus padres y hermanos) a leer libros o cualquier cosa impresa que llegase a sus manos.
A los diez años de edad formó su primer biblioteca, reuniendo en su dormitorio todos los ejemplares literarios que andaban dispersos por la casa y luego invitó a sus amigos para que la visitaran.
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